
Bueno, la primera obviedad que voy a decir es que el mejor conflicto con un huésped es aquel que no existe. Pero por supuesto, a medida que pasa el tiempo y van pasando por nuestra casa decenas de huéspedes cada uno con sus particularidades, formas de pensar y puntos de vista, pues hay que asumir como normal que no todos van a pensar de la misma forma que tú.
Aquí os voy a dejar una lista de como gestioar conflictos en una casa rural, o mejor aún, como anticiparte a ellos y evitarlos.
1. Lo primero: siendo educado, amable, voluntarioso, jovial y respetuoso siempre, los problemas son menos problemas. Como anfitrión me equivoco muchas veces, pero cuando muestras siempre un buen talante, la otra persona tiende a ser más comprensiva con tus errores.
2. No tener ego ni pensar que como la casa es tuya, el huésped tiene que aceptar tus normas a rajatabla. Puedes firmar un contrato, "leerle la cartilla" a los huéspedes antes de entrar, pero al final, en mi casa se alojan una media de 20 personas. No son 2 ni 3, son 20. Y cuando en tu casa hay veinte personas tienes que tener claro que cada uno tiene su personalidad e idiosincrasia propias. Ojalá los conflictos se evitaran firmando papeles o poniendo normas pegadas en las paredes de la casa. Yo lo primero que le digo a mi cliente es que mientras la casa está alquilada es "la casa es tuya". Con ello le doy libertad para que la usen a su antojo, pero a la vez, si la casa es tuya, tiendes a cuidarla más de que si no lo fuera. Yo, a menos que exista una manifiesta mala fe en el huésped (lo que es muy raro), soy muy tolerante con accidentes o roturas que puedan existir. Si hay niños y 5 o 6 se suben en una cama a saltar y romper la madera del somier, ¿qué vas a hacer?, ¿enfadarte porque niños de 6 años saltan en las camas? ¿Acaso nosotros con esa edad no lo hacíamos? Bueno, pues no pasa nada, el 99% de las cosas que se rompen en mi casa tienen arreglo. Pues se arreglan y ya está.
3. Una forma de evitar conflictos, como decía anteriormente, es lograr que cuando el huésped llegue a la hacienda, ya sepa lo que la casa tiene, lo que no tiene, las cosas buenas, las menos buenas, cómo gestionas tu los problemas, que sienta que soy una persona muy flexible, tolerante, dialogante. Todo ello predispone a tu interlocutor a mostrar también su mejor versión y su lado más humano. Esto lo logro manteniendo una comunicación frecuente con el cliente desde que reserva hasta que entra en la casa. Al fomentar la comunicación van saliendo cosas, os vais conociendo, yo al huésped y el a mí. De lo que se trate es que cuando llegue el cliente ya exista algún tipo de conexión o complicidad con tu invitado. No tenemos que ser amigos de los clientes, pero fomentar la proximidad predispone a que todas las partes, llegado el momento del conflicto, se muestren más conciliadoras.
4. "Pa ti la perra gorda". Si hay una disparidad de criterios sobre asuntos menores, para mí es muy sencillo. La razón para el huésped. Es que ni me lo pienso. Yo quiero huéspedes felices, y eso no lo va a estropear que el huésped piense A y yo piense B. Si el cliente piensa A, yo pienso A. Y asunto zanjado.
Y bueno. Así lo gestiono yo. Habrá otras formas de hacerlo. Como siempre, yo comparto mi experiencia personal.
Muchas gracias por leerme y espero veros pronto. 🥰
Está claro. Dos no se pelean si uno no quiere. Eso decía mi tita Maruchi 😍