MUSEO DCOOP DE ANTEQUERA

Dcoop, la cooperativa más grande del planeta, pretende con este museo recuperar el legado de nuestros ancestros. Para ello, ha dispuesto, en sus instalaciones de Antequera (Málaga) un museo de aceite, cuyas principales piezas son unas almazaras del siglo XVII así como dos molinos de los siglos I y XIX.

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La almazara, del XVII, preserva, conjuntamente con la prensa de viga y contrapesos, todos los arreos de la época para producir el oro líquido: la bodega de tinajas -algunas llevan la firma de los maestros alfareros, leña, sogas, pletinas, clavos y el artilugio por el que el aceite se deslizaba. Incluso se mantienen, secos, nidos de avispas que se habían pegado a la viga de la prensa.

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La finalidad del museo es inventariar todos los objetos que nos ayuden a comprender mejor la historia del aceite y de la aceituna.

Estamos hablando de un salón expositor que muestra el método por el que tradicionalmente se obtenía el zumo de la aceituna, y que empleando diferentes paneles vamos recorriendo la evolución en la forma de producir aceite antiguamente. El grupo Hojiblanca ha deseado recuperar los materiales y artilugios más tradicionales vinculados con la producción del oro líquido.

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A fecha de hoy, los visitantes pueden comprar, si así lo desean, aceite de oliva virgen extra, elaborado a partir de las aceitunas recogidas en Antequera, fruto que guarda una intensa relación con platos tan clásicos como la porra y el mollete.

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Molino del Siglo I

Fue encontrado en la Quinta (entre Hojiblanca y el casco urbano de Antequera). Fueron hallados la sala de prensado, el trujal y la piedra de contrapeso. Estamos hablando de un molino de presa de cabestrante (el contrapeso se conectaba al travesaño a través de cuerdas). En el yacimiento se encontraron también huesos de aceituna fosilizados y que fueron objeto de análisis en el Departamento de Pomología de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes de la Universidad de Córdoba. Los estudios concluyeron que los huesos hallados eran precursores de la variedad hojiblanca.

 

Molino del siglo XIX

Fue cedido por Manuel Acedo, empresario local. Es una prensa de capilla, construida en madera de encina, y que ha sido objeto de una profunda restauración. La prensa gira en torno a los capachos para presionar mediante unas vigas insertadas sobre la misma prensa, movida a su vez por los molineros, y que proporcionaba un rendimiento muy importante. Este tipo de prensas eran propios de explotaciones de tamaño reducido y su implantación fue muy escasa, al tener que competir con las prensas de viga e hidráulicas.

 

Molino del siglo XVII

Es la joya de la corona del Museo Hojiblanca (donado por la familia Cuadra Rojo). El edificio en sí mismo es una réplica de la almazara incluidos en las técnicas constructivas. Se pusieron en el mismo orden las tinajas de la bodega, la viga y el empiedro. Este, que funcionaba mediante tracción animal, es de forma cilíndrica y troncocónico (con la forma de una peonza), y cuenta con piezas. Estas, junto con la madera, la cubeta y la solera del empiedro se conservan totalmente y son originales. Por otro lado, la pieza más destacada de todo el conjunto es la prensa de viga y quintal, que tiene 12,5 metros de longitud. Las cuerdas, pletinas, los clavos... hasta los nidos de avispas terrizas permanecen conservados. Tras tres siglos con la madera seca y apolillada, la prensa aún pesa tres mil kilos, lo que nos permite realizar una estimación de la enorme capacidad de presión que podría llegar a ejercer.