Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación de Álora

La Iglesia tiene planta basilical o "columnaria", dispuesta en 3 naves separadas por 3 gruesas columnas toscanas sobre los que se sustentan arcos de medio punto en cuya embocadura se plasman las pinturas de los Apóstoles. La armadura de la Iglesia está realizada en madera importada de Flandes a través de la Cámara de Comercios de Málaga de los Señores Bombarte de Brujas.

La dirección de la obra de la Iglesia se cree que le fue encomendada a Pedro Diaz de Palacios, que había sido Maestro  de las obras de la Catedral de Málaga desde 1599. La práctica totalidad de la Iglesia se construyó con piedra extraída del Monte Hacho, a excepción de una fina banda de ladrillo de estilo mudéjar que transcurre próximo a la armadura.

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El templo de Nuestra Señora de la Encarnación es la tercera iglesia más grande de Málaga (tiene 53 metros de longitud y 20 de anchura). Originalmente la iglesia se alzó sobre la mezquita árabe tras la Reconquista, subsistiendo hasta nuestros días la Capilla de la Torres de estilo gótico, adyacente al Castillo de Álora. Con el crecimiento demográfico de Álora, se vio la necesidad de edificar un nuevo templo, el que nos atañe en esta entrada, que se ubicó en la Plaza Baja (conocida como Plaza de la Despedía), y cuya construcción transcurrió a lo largo de todo el siglo XVII, mientras que la ornamentación, retablos, pinturas y yeserías son del siglo XVIII.

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Los repobladores de Álora procedían mayoritariamente de los pueblos de Encinasola y Cumbres Bajas, siendo ellos los encargados de alzar la Ermita de Flores, y solicitaron a los Reyes Católicos una imagen que presidiera el templo, y cuya advocación fue Nuestra Señora de Flores, ya que la Virgen Mariana de Encinasola tenía ese mismo nombre. La imagen data de 1502 y su autor es anónimo. Los adornos y complementos que luce la talla (incluído el niño Jesús) son del siglo XVIII.

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En 1983 se acomete una importante y merecida reforma, que consistió en la instalación de cámaras de aire para reducir la humedad que amenazaban la conservación de la estructura, tallas, adornos  e imágenes; por otro lado se disminuyó la elevación del suelo y se reemplazó por uno nuevo y similar debido al mal estado que presentaba y se implementó la primera acometida eléctrica. En 2009, la iluminación se modernizó para que redujera la emisión de ondas ultravioletas y las ondas térmicas que tenían el potencial de dañar el retablo y las pinturas de los apóstoles.