top of page

Caminito del Rey

El Caminito del Rey, construído en 1905, es una via ferrata de 7,7 km suspendida sobre las paredes del Desfiladero de los Gaitanes, que discurre entre los términos municipales de Álora, Antequera y Ardales y que fue construída para facilitar el tránsito de los obreros que construyeron el Pantano del Chorro y la Central Hidroeléctrica.

INTRODUCCIÓN.

En el entorno del Caminito del Rey se desarrollaron durante el siglo XIX y buena parte del XX todas las infraestructuras ferroviarias e hidroeléctricas que vertebraron la red viaria y de abastecimiento de electricidad que hemos heredado hasta nuestros días.
En el año 1989 fue declarado Paraje Natural por la Junta de Andalucía, y desde el año 2006 forma parte de la Reserva de la Biosfera Intercontinental  del Mediterraneo Andalucía-Marruecos.
Este enclave natural, gracias a la riqueza de  recursos naturales y su ubicación estratégica dentro del interior de la provincia, ha sido la cuna que, desde la prehistoria a nuestros días, el hombre eligió para asentarse a los largos de miles años como así lo demuestran los abundantísimos restos arqueológicos que existen por toda la zona.
 
UBICACIÓN GEOGRÁFICA.


El Caminito del Rey se encuentra ubicado en el Desfiladero de los Gaitanes, en la parte Occidental de la Cordillera Bética, teniendo el desfiladero puntos que alcanzan los 300 metros de altitud, y anchuras de menos de 10 metros. Una de los grandes atractivos de este enclave es la estratificación de la piedra caliza causada por la inmisericorde acción del agua a lo largo de los milenios, que confiere a las paredes y formaciones rocosas un aspecto tan singular como atávico. Asimismo otro de los atractivos radica en las cavidades y “bolsas” que la erosión ha ido provocando en la piedra arenisca y que se alzan a decenas de metros sobre el nivel del río. En la zona se han encontrado igualmente fósiles de ballenas, lo que denota que en un pasado remoto el mar Mediterraneo se adentraba hasta el interior de la provincia.
 
CONSTRUCCIÓN.


El Caminito del Rey es una senda adosada a las paredes del citado Desfiladero de los Gaitanes, con una longitud de 3 km y una anchura que en muchos puntos no supera el metro. La altura media del camino es de 100 metros, que nace en Ardales, atraviesa Antequera y desemboca en el pantano del Chorro (Álora).
Fue la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro la que propició su construcción para comunicar los saltos de agua entre el Salto del Gaitanejo y el del Chorro de manera que los operarios pudieran transitar entre ambos para realizar las labores de mantenimiento, el transporte de materiales y la vigilancia de los mismos. Las obras se iniciaron en 1901 y concluyeron en 1905. En el año 1921, el Rey Alfonso XIII se desplazó hasta el pantano del Chorro para su inauguración, teniendo que pasar por el Caminito, que empezó a llamarse del Rey en honor a su majestad.
Quizá el punto más emblemático del Caminito del Rey sea el que transcurre por la pasarela del
Desfiladero de los Gaitanes, donde se aprecia en todo su esplendor la belleza del paisaje y el trabajo que el agua ha ido realizando durante siglos sobre la roca caliza. Además, en este punto se encuentra quizá el puente más asombroso del Caminito, que une los 2 extremos de Desfiladero y que deja embelesados a los que lo ven por lo bello y sobrecogidos por lo arriesgado que debió ser llevar a cabo una obra de tamaña dimensión en un paisaje tan hostil como lo es el Desfiladero de los Gaitanes.
Aunque ahora ya se trate de un triste recuerdo, el Caminito del Rey llegó a alcanzar un estado de ruina, debido a la acción del hombre y la falta de mantenimiento, de modo que en algunos pasajes era imposible transitarlo y en otras, hacerlo constituía un acto de total temeridad. A ello puso remedio la Diputación de Málaga, que consciente del valor histórico y del potencial turístico de este enclave, lo restauró en 2015, reabriéndose al público en marzo de ese mismo año.
 
EL HOMBRE Y EL ENTORNO DEL DESFILADERO DE LOS GAITANES.


La presencia humana queda más que patente por los numerosos restos arqueológicos hallados en la zona. La presencia en el entorno de los ríos Guadalhorce, Turón y Guadalteba hacían de este paraje un punto estratégico de comunicación entre la zona interior y el litoral así como facilitaba la comunicación entre los diferentes asentamientos de la zona y el transporte de mercancías y materiales. Durante la edad de los metales se van consolidando los asentamientos permanentes de humanos, que poco a poco van antropomorfizando la zona, hasta que la llegada de los romanos en el siglo III a.C consolida definitivamente la zona como un referente comercial y estratégico de toda la Comarca del Guadalhorce.
 
EL TREN Y EL CAMINITO DEL REY.


Los trabajos para iniciar una línea de Ferrocarril que uniese a Córdoba con Málaga se producen en Marzo de 1860, auspiciados por la Ley del Ferrocarril de 1855, que concede la explotación de la línea al prohombre malagueño Jorge Loring, el cual, junto a otros potentados de Málaga como Martín Larios, Joaquín Ferrer y José Hernandez Varela, los ayuntamientos y la aportación de capital francés e inglés fueron decisivos para las obras que concluyeron en 1866. Esta línea, que contaba con 192 km de longitud, 17 túneles,  8 viaductos y 18 puentes , sirvió para comunicar la campiña interior  con las reservas de carbón de Bélmez y Espiel y la fábrica “La Constancia” de la Familia Loring. La línea pasaba por localidades tan importantes como Fernán Núñez, Montilla, Aguilar de la Frontera, Puente Genil, Bobadilla, Gobantes, El Chorro, las Mellizas, Álora, Pizarra, Cártama, Los Remedios y Campanillas. Que esta línea tuviera un apeadero en El Chorro hizo que una zona de campiña de interior, volcada en exclusiva con la agricultura y la ganadería, viera como sus horizontes de crecimiento y prosperidad se agrandaban gracias a esta obra.

INFO ÚTIL DEL CAMINITO DEL REY.

  • Ubicacion centro de visitantes: Puerto de las Atalayas.

  • Comprar entradas: https://www.caminitodelrey.info/

  • Horario: Desde 9:00 h. hasta 15:30 h. o 17:20 h. (Dependiendo de la temporada).

  • Reseñas: 4,7* sobre 25346 en Google.

  • Precio visita general: 10€ (guiada 18€)

  • Precio del parking: 2€/día.

  • Prohibida la entrada a menores de 8 años.

  • A 41 minutos en coche de la Casa Rural en Álora Hacienda Los Olivos.

  • Situado fuera del casco urbano.

  • https://www.caminitodelrey.info/

COMO LLEGAR AL CAMINITO DEL REY

CONOCE MÁS SOBRE EL CAMINITO DEL REY

RAFAEL BENJUMEA BURÍN. CONDE DE GUADALHORCE.

El Conde de Guadalhorce  (1876-1852) fue una figura muy influyente y esencial para conocer la Málaga de la primera mitad del siglo XX. Inspirado por las experiencias hidroeléctricas llevadas a cabo en el norte de España por Juan Urrutia, D. Rafael vio el potencial de desarrollo que la energía eléctrica podría traer a la provincia de Málaga, que si bien rica en suelos fértiles, estaba aquejada de forma permanente por la escasez e irregularidad de las lluvias.

La visión del Conde pasaba por que Málaga, como sucedía con el resto de España, dejase de vivir inerte, fruto de las riquezas obtenidas de la colonización, y para ello imaginó una infraestructura hidroeléctrica impulsada exclusivamente por capital nacional.

 

Fruto de esa visión, vio la luz en 1903 el Salto Hidrológico del Chorro, que abandonaba las centrales menos eficientes y contaminantes de carbón para obtener electricidad a través de la fuerza generada por la gravedad del agua. El objetivo era proporcionar luz a la ciudad de Málaga y a una industria agrícola que pudiera beneficiarse de este avance. El éxito de esta empresa fue tal, que las 2 compañías (inglesa y alemana) que proveían de electricidad a la provincia, fueron absorbidas por el Chorro. La importancia del proyecto fue enorme, pues permitió no solo comprar la compañía de tranvías de Málaga que estaba en manos belgas, como también la construcción de la presa del Chorro, lo que permitió el desarrollo de extensísimas tierras fértiles que adolecían de falta de agua. Todos estos méritos llevaron al rey Alfonso XIII a conceder a Rafael Benjumena el título de Conde de Guadalhorce.

LA PRESA DEL CHORRO.

La perniciosa inundación que sufrió Málaga en 1907 fue el detonante para que se empezará a pensar en construir el Pantano del Chorro, un proyecto muy deseado por la exitosa Sociedad Hidroeléctrica del Chorro, de modo que se pudiera regular el flujo y caudal del río Guadalhorce. Con motivo de la enorme inundación, el Rey Alfonso XIII visitó Málaga por primera vez, acompañado por el Presidente del Gobierno, Maura, y el Ministro de Fomento (Gasset). Durante el transcurso de esta visita se fraguó la División Hidráulica del Sur de España, que tenía como misión la gestión de los caudales y la creación de los regadíos para los cultivos de la zona. El ingeniero Gimenez Lombardo fue, entre otros, designado para proyectar los trabajos, y obra suya fue el proyecto del embalse del Río Turón.

A este fortuito y desastroso evento (la inundación de Málaga) se sumó la buena marcha de la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro, que de mano de su fundador, Rafael Benjumea, impulsó decisivamente la construcción de una gran presa en el Chorro, para dotar de regadío la zona de La Hoya de Málaga, una extensa y fértil vega situada en el Valle del Río Guadalhorce (que en árabe significa “río de trigo”). La construcción de esta presa trajo otro valor añadido, que fue el de hacer funcionar la central hidroeléctrica del Chorro regulando los caudales de agua, en lugar de esperar que las lluvias torrenciales, que caen aleatoriamente, la hiciesen funcionar.

El proyecto inicial contemplaba una presa de 35 metros de altura y una capacidad de 27 hectómetros cúbicos de agua. La financiación del proyecto corrió a cargo del Estado (que financió el 90%) y la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro contribuyó con el 10% restante.

Dado que no existían carreteras, el ferrocarril jugó un papel determinante como vía para arrimar los suministros al tajo, y asimismo por el cauce del río subían barcazas propulsadas a motor. Fue también todo un hito el empleo de maquinaria (hormigoneras, grúas, cabrestante, bombas de achique...), que funcionaban con electricidad proporcionada por la Central Hidroeléctrica del Chorro.

Una vez iniciado el proyecto, este se vio redimensionado, pasando a tener la presa una altura de 50 metros lo que aumentó su capacidad de almacenamiento hasta los 80 hectómetros cúbicos. Las obras se concluyeron el 21 de mayo de 1921, cuando el rey Alfonso XIII, bajo una torrencial lluvia, colocó la última piedra.

EL CAMINITO DEL REY Y EL PANTANO DEL CHORRO.

La perniciosa inundación que sufrió Málaga en 1907 fue el detonante para que se empezará a pensar en construir el Pantano del Chorro, un proyecto muy deseado por la exitosa Sociedad Hidroeléctrica del Chorro, de modo que se pudiera regular el flujo y caudal del río Guadalhorce. Con motivo de la enorme inundación, el Rey Alfonso XIII visitó Málaga por primera vez, acompañado por el Presidente del Gobierno, Maura, y el Ministro de Fomento (Gasset). Durante el transcurso de esta visita se fraguó la División Hidráulica del Sur de España, que tenía como misión la gestión de los caudales y la creación de los regadíos para los cultivos de la zona. El ingeniero Gimenez Lombardo fue, entre otros, designado para proyectar los trabajos, y obra suya fue el proyecto del embalse del Río Turón.

A este fortuito y desastroso evento (la inundación de Málaga) se sumó la buena marcha de la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro, que de mano de su fundador, Rafael Benjumea, impulsó decisivamente la construcción de una gran presa en el Chorro, para dotar de regadío la zona de La Hoya de Málaga, una extensa y fértil vega situada en el Valle del Río Guadalhorce (que en árabe significa “río de trigo”). La construcción de esta presa trajo otro valor añadido, que fue el de hacer funcionar la central hidroeléctrica del Chorro regulando los caudales de agua, en lugar de esperar que las lluvias torrenciales, que caen aleatoriamente, la hiciesen funcionar.

El proyecto inicial contemplaba una presa de 35 metros de altura y una capacidad de 27 hectómetros cúbicos de agua. La financiación del proyecto corrió a cargo del Estado, que financió el 90%, y la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro, que contribuyó con el 10% restante.

Dado que no existían carreteras, el ferrocarril jugó un papel determinante como vía para arrimar los suministros al tajo, y asimismo por el cauce del río subían barcazas propulsadas a motor. Fue también todo un hito el empleo de maquinaria (hormigoneras, grúas, cabrestante, bombas de achique...), que funcionaban con electricidad proporcionada por la Central Hidroeléctrica del Chorro.

Una vez iniciado el proyecto, este se vio redimensionado, pasando a tener la presa una altura de 50 metros lo que aumentó su capacidad de almacenamiento hasta los 80 hectómetros cúbicos. Las obras se concluyeron el 21 de mayo de 1921, cuando el rey Alfonso XIII, bajo una torrencial lluvia, colocó la última piedra del proyecto.